Kevin Roberts CEO global de Saatchi & Saatchi, una de las agencias de publicidad más reconocidas a nivel mundial, acuñó a mediados de la década pasada un término muy significativo que grafica lo que muchos marketeros, reserchers y publicistas ya empezaban a vislumbrar y que vino a revolucionar el mundo del marketing. Se trata de LOVEMARKS, marcas construidas sobre la base de los afectos del consumidor, marcas que logran ser “amadas” por ellos.
Roberts identifica que lo que mueve al ser humano son las emociones más que la razón, por tanto la publicidad emocional resulta más efectiva que las estrategias racionales orientadas a vender productos por su precio y beneficios. Crear lealtad no por una razón en particular, sino por algo que está más allá de la razón.
Siguiendo su filosofía, estas son algunas claves para transformar marcas en Lovemarks:
- Dejar de “controlar” la marca a través de encuestas y procesos burocráticos. El consumidor tiene la última palabra, él tiene el poder.
- Plantearse un propósito que vaya más allá de la mera funcionalidad, esto es la posibilidad de abanderar causas sociales, medio ambiente, etc. Los consumidores están cada vez más informados gracias a la tecnología y están ávidos por encontrar causas altruistas a las cuales sumarse (el video viral Kony 2012 da cuenta de ello). Encontrar una misión que trascienda la producción: “debes defender algo o pierdes todo”.
- El 80% de nuestras decisiones son emocionales, por tanto no se le puede hablar al consumidor en términos de precio y beneficios solamente. El consumidor quiere ser atraído y comprometido.
- Las marcas se estandarizaron, perdieron prestigio y relevancia, para recuperarlo tienen que “conectarse” con el consumidor. Según Steve Jobs “la creatividad se refiere a conectar cosas”, hay que buscar entonces un modo diferente de conectar con ellos.
- No solo dar al consumidor lo que pide, las marcas tienen que darle lo que nunca soñó posible que tendría.
- Dar amor para ganar su confianza y respeto… ser irresistibles.
Fuente: Lovemarks, brands the future beyond brands
Lovemark es un producto, servicio o entidad que inspira «lealtad más allá de la razón». Una marca “misteriosa”, “sensual”, que logra empatía e “intimidad” con el consumidor.
Pero, ¿cómo saber si una marca es una Lovemark?
En la página Lovemark encontramos un cuestionario que apunta a definir su perfil a partir de evaluar las categorías:
- Respeto
- Misterio
- Sensualidad
- Intimidad
Respeto:
No es posible amar a alguien que siempre nos está fallando. Esta categoría evalúa qué tan respetable es la marca a través de aspectos como el desempeño del producto, debe ser el mejor de la categoría; confianza para recomendar; ¿es una marca socialmente responsable, ecofriendly, respetuosa con el medio ambiente y la gente?; ¿ofrece valor?, ¿genera una experiencia valiosa para el consumidor?
Misterio:
El misterio aglutina historias, metáforas, sueños y símbolos. Es donde pasado, presente y futuro se vuelven uno. Estimula la capacidad de asombro, de ser sorprendido. Mantener algo oculto de la marca, algo por descubrir, aviva el deseo por ella.
Grandes historias: Las lovemarks están hechas de historias; historias que implican al consumidor, que lo hacen soñar, que lo inspiran.
Pasado, presente y futuro: La temporalidad es relevante para el consumidor por el sentido de pertenencia que aporta a partir de experiencias compartidas con la marca en su historia pasada, presente y futura. Conocer su historia y hacia dónde quiere llegar debe formar parte de las expectativas del consumidor.
Se nutre de sueños: Una Lovemark se nutre de la particular forma de soñar de sus consumidores. Hace posible lo imposible, de tal manera que si desapareciera del mercado, afectaría la vida del consumidor.
Mitos e íconos: Los mitos son narraciones fundamentales, explicaciones culturales de cosas que sorprenden y se mantienen en la memoria colectiva. Los símbolos de una Lovemark son de naturaleza mítica; su imagen gráfica y su historia dejan huellas indelebles.
Inspiración: Todos necesitamos alguien que nos señale un camino a seguir. Una Lovemark hace lo correcto, inspira tu vida.
Sensualidad:
Los sentidos son la puerta de entrada a las emociones, a través de ellos nos conectamos con el mundo exterior y establecemos relaciones. Para conectar con el consumidor las Lovemarks desbordan sensualidad.
Vista: Debe estar bien diseñado, ser adorable a primera vista, ofrecer más que la funcionalidad básica esperada. El mejor diseño de su categoría.
Sonido: La música (o el sonido) captura el espíritu de una marca y permite asociaciones duraderas en nuestra memoria.
Olfato y gusto: olor y sabor asociados con la marca.
Tacto: sensación física placentera y única
Intimidad:
Ingrediente básico para las relaciones amorosas. Conocer en detalle al consumidor, pensar y sentir con él marcan una relación deseable.
Empatía: Conoce sus deseos secretos, se anticipa a sus necesidades. Demuestra que el consumidor es importante para la marca, lo escucha.
Compromiso: el amor es un compromiso a largo plazo, ¿qué tan fieles se mantienen los consumidores frente a la oferta de marcas de la misma categoría?, ¿el consumidor se siente seguro de que su marca va a responder cuando se equivoca?
Pasión: Es de lo que se nutre una Lovemark. El consumidor se convierte en un embajador de la marca, convence a los demás para que la use. Entiende claramente qué emociones intenta transmitir la marca.