LAS NUEVAS CEO’S

 

En nuestro país todavía existen familias en las que si nace una mujer y no el varón que continúe con el apellido paterno, se dice a manera de consuelo: “lo importante es que nació sanita”. A menudo  sus padres no juegan con ellas  porque lo encuentran poco placentero, reduciendo así sus competencias solo al espectro femenino. Desde la psicología se sabe  la importancia del relato con el que la familia acoge al recién nacido para la construcción de su personalidad futura. No es extraño que existan empresas en las que altos directivos exijan comportamientos masculinos a las mujeres porque piensan que el mundo laboral es “cosa de hombres”, reduciendo su potencial por considerarlas a priori seres de menor valor. ¿Socavan estas creencias sobre lo femenino nuestra capacidad de desarrollarnos como país frente a las macrotendencias mundiales?.

En octubre de este año, durante el panel «La diversidad de género como una estrategia de negocios que potencia la innovación y la rentabilidad: la mujer en las organizaciones», desarrollado en el marco del 52° Coloquio Anual de IDEA, “Puentes hacia el futuro”, en Mar del Plata, cita del más alto nivel de los empresarios argentinos, presidida por Macri,  se expusieron  ideas y sobre todo métricas que avalan el hecho de que las empresas con mujeres en sus directorios tienen una mayor rentabilidad. Se mencionó, entre otras cosas, que las mujeres representan el 40% de la fuerza laboral disponible, generando el 37% del PBI mundial y que las millenials son la primera generación de mujeres más educadas que los varones. Rebeca Hwang, chairman del Board de YouNoodle.com, destacó la “oportunidad de negocios” que representa el mercado femenino y la importancia de la “diversidad en las empresas”. La empresaria dijo que “el 80% de casi todas las decisiones de consumo en EE.UU. y América Latina la toman mujeres”, representan 20 trillones de dólares al año como mercado. Muchas empresas lo están perdiendo, tomando en cuenta que «las mujeres pueden entender ciertos mercados de una mejor manera que los hombres».

Sin embargo, a pesar de estas evidencias que deberían cambiar radicalmente el mindset laboral, sigue habiendo una brecha importante entre hombres y mujeres. En los consejos directivos, la representatividad femenina es muy baja: menos del 5%. “Del grupo de inversores, que toman decisiones, 96% son hombres”. Alertó que “las mujeres están recibiendo solo 7% de todo el capital, a pesar de que lideran el 30% de las pymes y crean 8 millones de puestos de trabajo. Sugiere como estrategia para cambiar el establishment, que sus pares varones las inspiren a ser proactivas y que se conviertan en sus cómplices para amplificar su voz en el directorio, espacios donde a menudo son invisibilizadas. Pensar en tipos de mediciones para modificar la empresa es una acción recomendada bajo la premisa “lo que se puede cuantificar y medir, se puede cambiar”.

Según una investigación realizada por el FMI “Las mujeres, el trabajo y la economía: Beneficios macroeconómicos de la equidad de género” realizada en 2013, las mujeres representan más de la mitad de la población mundial, pero su contribución a la actividad económica está por debajo de su potencial, lo que trae serias consecuencias macroeconómicas. La participación de la mujer en el mercado laboral es parte de la ecuación de crecimiento y estabilidad.

Nadie discute la importancia de la innovación en las empresas, pero pocos advierten que para lograrla hay que cambiar de mentalidad sobre las mujeres y ensayar la mejor manera de  incluirlas como aliadas estratégicas. Dejar de “masculinizarlas” es un buen camino.

Jacques Lacan, psicoanalista francés del siglo pasado, sostenía sobre las diferencias entre hombres y mujeres que “el hombre lee literalmente y la mujer lee entre líneas”. Estas formas de registro de la realidad, lejos de ser excluyentes, están sembrando ya en otros países las bases de un estilo de liderazgo más innovador en las empresas.

 

ARTÍCULO PUBLICADO EN LA REVISTA AMÉRICA ECONOMÍA 

DICIEMBRE/ 2016

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